


Duque de Guisa. Líder de la Santa Liga durante las Guerras de religión de Francia. Museo Carnavalet, París

54 Seminci. La primera partitura original de música para cine celebra su primer centenario. Y lo hará en una sesión doble que el director del festival calificó como “el bombón de la edición”. La sala de teatro experimental Jaime Valentín, en el Centro Cultural Miguel Delibes, acoge esta tarde noche una sesión doble de ‘El asesinato del duque de Guisa’, en un “evento mágico” en palabras del director de la Seminci, Javier Angulo, organizado para conmemorar el centenario de la primera partitura original de música para cine.
‘El asesinato del duque de Guisa’, fue codirigida por André Calmettes y Charles Le Bargy, y se estrenó el 17 de noviembre de 1908
Cada sesión contará con la participación de 22 músicos de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, bajo la batuta del argentino con nacionalidad italiana Claudio Ianni, colaborador habitual de cineastas como Alejandro Amenábar, Daniel Calparsoro o Juan Carlos Fresnadillo. El conductor de la velada será Luis Ivars, que ejercerá las funciones de un presentador para explicar a los asistentes los pormenores de cada pieza, antes de asistir al concierto íntegro. La película que ilustra la música, ‘El asesinato del duque de Guisa’, fue codirigida por André Calmettes y Charles Le Bargy, y se estrenó el 17 de noviembre de 1908.
El entonces veterano Camille Saint-Saëns, a sus 73 años, fue el responsable de componer la música original y sus sucesivas reorquestaciones, para poder adaptar la banda sonora a las especificidades de cada teatro o sala donde se proyectaba la película, según explicó Luis Ivars. “Existe el tópico de la la música de las películas de cine mudo se improvisaba sobre la base rítmica de un piano, y este caso demuestra la existencia de partituras complejas que se ejecutaban por orquestas siempre que el recinto lo permitiera”, apuntó Claudio Ianni.
El director artístico del festival, por su parte, explicó que la organización del certamen había decidido no repetir este año la experiencia de la pasada edición, cuando el Auditorio de Valladolid albergó el concierto de ‘Metrópolis’, de Fritz Lang. Los recortes presupuestarios obligaban a adoptar esa decisión, si bien en el último momento surgió la posibilidad de poner en marcha esta propuesta. “El proyecto me pareció una belleza, la Junta nos cedió el espacio y a la orquesta, y Caja de Burgos dio el empujón económico necesario”, detalló.
La representante de la institución financiera, Elena Santiago, se congratuló de la primera colaboración entre la Caja y el festival, al que denominó como “uno de los acontecimientos culturales más importantes del país”. En la ronda de alabanzas, Ivars destacó la “magnífica sonoridad” de la sala del CCMD, y apuntó que “en el formato que se exhibirá en Valladolid, no había podido verse nunca en todo el mundo”.
Según detalló, ‘El asesinato del duque de Guisa’ fue la película más larga del momento, al tratarse del primer film de la historia con más de una bovina de duración. Además, “supuso el nacimiento del ‘star system’”, según comentó Ivars, y fue “la primera película que permitió asimilar el cine con el arte, al alejarse de unas características más destinadas a entretener en las barracas de feria”.
:: Historia del Duque de Guisa
Francia se encontró dividida en tres partidos. La liga católica, eran dueños del Norte y del Este, los calvinistas tenían el Sudoeste y el resto, el centro del reino era realista. La suerte de Francia dependía del rey de España. Felipe II enviaba contra Inglaterra a la Invencible. El duque de Guisa, de acuerdo con él, debía sorprender a Enrique III en París, conservarle prisionero y gobernar en su nombre. Enrique III, inquieto, hizo penetrar 4.000 infantes suizos en los arrabales de París y prohibió a Enrique de Guisa ir a la capital. El duque, que se entendía con Catalina, llegó a pesar de la prohibición y entró de noche en la ciudad (9 de mayo).
Al día siguiente, cuando salió por las calles, la muchedumbre acudió a su paso gritando «¡Viva Guisa!». Llegó al Louvre, donde moraba el rey. Enrique III le recibió pálido de coraje. «Os había hecho advertir, dijo, que no viniérais». El 14 de mayo, el de Guisa volvió al Louvre con una escolta de 400 caballeros, y pidió al rey que despidiese a sus consejeros e hiciera la guerra a los herejes. Por la tarde, Enrique III ordenó a los suizos entrar en París.
Al día siguiente por la mañana (12 de mayo), los suizos entraron y ocuparon varias plazas. Los parisienses, furiosos, tomaron las armas, tendieron las cadenas que cortaban las calles, y con barricas llenas de tierra hicieron, en las calles, atrincheramientos que se llamaron barricadas. Atacaron, lanzando piedras y disparando arcabuces, a los suizos acampados en las plazas, donde se les había dejado sin víveres desde por la mañana. Los suizos habían recibido orden de no servirse de sus armas contra el pueblo, no osaban defenderse y se arrodillaban. Algunos fueron muertos. Asustado el rey, envió a rogar al duque de Guisa que salvase a sus suizos. El de Guisa salió con perpunte blanco y una varita en la mano, y ordenó al pueblo que dejase marchar a los suizos.
Al día siguiente (13 de mayo), Enrique III envió a su madre Catalina a negociar con el de Guisa. Los curas decían en el púlpito que había que «ir a coger en su Louvre a Enrique de Valois» (ya no se llamaba el rey). Los frailes y los estudiantes de teología se disponían a acometer al Louvre. Enrique III salió de este palacio como para ir de paseo. Pasó por el jardín de las Tullerías (que entonces estaba fuera de París), montó a caballo y huyó a Chartres.
La Jornada de las barricadas había indispuesto definitivamente al rey con la Liga. Enrique III, no sintiéndose bastante fuerte, aparentó reconciliarse con el de Guisa. Lo nombró «lugarteniente general del reino», juró acabar con los herejes y convocó los Estados Generales en Blois. Los diputados elegidos fueron casi todos partidarios de la Liga.
Pero se supo de la destrucción de la Invencible. Enrique III entonces, que ya no tenía que temer a los españoles, se decidió por el asesinato de su enemigo el duque de Guisa. La corte estaba en el castillo de Blois, donde se reunían los Estados. El duque de Guisa y su hermano, el cardenal, habían ido a Blois. Una mañana, el rey avisó al duque para que acudiera a su gabinete. Los caballeros de su guardia, llamados los Cuarenta y Cinco, le esperaban con puñales ocultos bajo las capas. El duque entró, se lanzaron sobre él y le apuñalaron. El Cardenal fué encerrado y muerto al día siguiente. Enrique III fué a decir a su madre: «Ahora soy otra vez rey de Francia, he mandado a matar al rey de París». —Catalina respondió: «No está todo en cortar, hay que coser».
El Asesinato del duque de Guisa dió lugar a una guerra civil. La mayor parte de las ciudades del Norte se sublevaron contra el rey. El duque de Mayenne, hermano del de Guisa, fué dueño de París. Los predicadores decían en el púlpito: «Ya no tenemos rey». Los doctores en teología de la Sorbona manifestaron que el pueblo estaba desligado del juramento de fidelidad a Enrique y tenía derecho a sublevarse para defender la Iglesia católica romana.
Enrique III, refugiado en Tours con una pequeña tropa, se decidió a llamar al rey de Navarra. Este entró en Tours con un ejército calvinista en el momento en que los de la Liga acababan de apoderarse de un arrabal de la ciudad.

Siete de los proyectos de los que se rescinden se ubican en Castilla y León, otros cinco en Cataluña, cuatro en Cantabria y otros cuatro en Aragón
ACOM expresa su "total rechazo" a la propuesta de la CE de que las ayudas al carbón se supediten al cierre de las explotaciones en 2014
El alcalde de León confía en que la primera asamblea conjunta "haya un presidente" aunque a día de hoy esta posibilidad parece "difícil"
Junto al secretario general de UGT, Cándido Méndez, Zapatero tenía por costumbre comenzar el curso político con el anuncio de revalorización de las pensiones mínimas para el año siguiente
La Junta creará una nueva línea de ayudas a través de la que se subvencionará entre el 20 y el 30 por ciento del coste total de la inspección
Cecale: "La política fiscal alcista lejos de dinamizar la economía conlleva peligros de consecuencias imprevisibles que no pueden ser camufladas con argumentos comparativos"
Se harán públicos los servicios que Renfe debe prestar con criterios de competencia comercial y no pueden percibir ayudas del Estado
El 82% de los trabajadores que cobraron prestaciones del Fogasa durante el primer semestre pertenecían a empresas con menos de 25 trabajadores
