


Por Antonio Yuste. Con este comunicado Peatóm cierra una etapa marcada por la ilusión y la exploración de una nueva forma de ejercer el derecho a la información. Peatóm se despide de los lectores y toma unas merecidas vacaciones. Una etapa se cierra. El cambio tecnológico y la recesión, al alimón, ha tenido consecuencias disruptivas para los medios de comunicación, escritos, hablados, televisados y por internet. Nada será igual, en adelante, para la empresas de comunicación. El tándem Internet/recesión ha cambiado las reglas del juego.
Los modelos de negocio convencionales para nuestro sector no han salido indemnes de las transformaciones acaecidas. El viejo paradigma de comunicación de uno a muchos ha sufrido modificaciones, como modificaciones ha sufrido la cuenta de explotación asociada. Y desde dicho punto de vista siguen abiertas algunas incógnitas. Los problemas de adaptación al nuevo entorno por parte del tejido productivo español, compuesto en esencia, por micro, pequeñas y medianas empresas, siguen siendo la piedra angular del alto nivel de incertidumbre. Internet afecta a las formas de entrar en contacto con el público objetivo, pero sigue sin producirse la aceptación de un hecho tan relevante.
Peatóm se despide de los lectores y toma unas merecidas vacaciones. Una etapa se cierra. El cambio tecnológico y la recesión se ha comportado de manera disruptiva para los medios de comunicación, escritos, hablados, televisados y por internet
La oferta y la demanda no logran casarse. La oferta, esto es, los medios de Internet, sufren problemas muy agudos de inadecuación en sus formatos publicitarios (repulsivos y muy incómodos para los lectores) y la demanda empresarial, el tejido productivo, está asesorada por una cadena de valor, agencias interactivas y publicistas, que desprecia a lector usuario de Internet, por un lado, al que le gusta degradar y, por otro, crea falsas expectativas exagerando, irracionalmente, fuera de toda medida, los retornos por inversión publicitaria en el nuevo entorno de internet.
Entre las dificultades asociadas al cambio de paradigma, hay que hacer hincapié en una muy deficiente penetración de Internet en el mercado español con operadores que ofrecen servicios desastrosos, a precios impropios, y con banda ancha de pésima calidad sin que quepa ser optimistas en un futuro inmediato. No se están produciendo inversiones en infraestructuras a la altura de las necesidades y la clase política española se ha comportado, en este capítulo como en tantos otros, como un lastre, con regulaciones obtusas. Internet se ha desarrollado a pesar, justo es decirlo, del desprecio generalizado de todas las administraciones públicas y a pesar de sus podencas decisiones. La situación evolucionará, lentamente, arrastrada por la demanda y no cabe esperar mejora alguna del lado de la oferta de las operadoras, inmovilistas, con ridículas inversiones, y a pesar de todo, muy sostenidas y protegidas por la clase política, la realmente existente.
:: El mercado digital y la chimpampunosis
La ausencia de maduración de los mercados publicitarios digitales está impidiendo la consolidación de ofertas informativas atractivas, financieramente sólidas y bien fundamentadas desde el punto de vista profesional. La industria de contenidos se está trasladando a Internet, al nuevo entorno, pero no lo hace al mismo ritmo la cadena de valor que hasta la fecha tenía asociada, es decir, el entorno productivo de micro, pequeñas y medianas empresas actúa de espaldas a internet.
A mayores, el desacoplamiento de la oferta y la demanda se ha visto inesperadamente fortalecida por la infantilización agresiva, en la últimos veinte años, del público más joven a través del chimpampún de los videojuegos y la proliferación de héroes meningíticos a los que dicho público guarda culto hasta bien entrados en la década de los treinta. Es un segmento social de hábitos imprevisibles que ha destrozado todas las proyecciones sobre el uso y consumo de información y que los mejores analistas asocian con un grupo generacional marcado por una nueva patología: la chimpampunosis y sus recidivas (una patología latente).
La oferta informativa, en cualquier caso, no ha sabido y sigue sin saberlo, aquí, en España y el resto del mundo, estar a la altura de las transformaciones ocurridas en los últimos años. El discurso político estándar, asociado a la multiculturalidad (todo vale y vale lo mismo), a la falta de límites, a la autoindulgencia y a la cháchara, dando pábulo a cualquier deseo y rindiendo culto a la omnipotencia del hombre prohijado por el Estado, al que son tan adictos los medios de comunicación de masas, ha jugado el papel de revulsivo para la población, que de manera lenta pero constante, no ceja en separarse de ideario tan retrógrado. La oferta informativa existente, sus contenidos, de manera masiva, sigue siendo afecta a dicho ideario y sigue jugando, todavía, lamentablemente, un papel desincentivador, de resistencia, en el cambio de paradigma.
La conjunción de los cinco vectores: 1) la falta de inversión en infraestructuras de telecomunicación; 2) la chimpampunosis latente; 3) el desnorte y fracaso de la oferta editorial; 4) el desprecio de los mercados publicitarios digitales por parte del tejido productivo español; y 5) la enemistad jurada del poder político y financiero al cambio de paradigma, está dificultando la consolidación de nuevos y buenos proyectos. Lo dificulta, pero de ningún modo lo podrá parar o suspender. El cambio de paradigma ya se ha producido.
Razones variadas, en cualquier caso, imperativas, y también de agotamiento personal, nos llevan a dar por concluida la presente etapa. Ha sido un periodo muy intenso desde todos los puntos de vista y una auténtica reválida profesional. Ha sido, a su vez, un período de gran consumo energético y emocional. Hemos resistido, dándolo todo, hasta el límite de nuestras fuerzas físicas y muy por encima de nuestra resistencia económica.
