


Análisis. María Teresa Fernández de la Vega se encuentra en San José de Costa Rica, donde se ha reunido con el Secretario General de la OEA (Organización de Estados Americanos), el chileno José Miguel Insulza (apodado ‘el pánzer’ por sus compatriotas chilenos). ¿Para que se reúnen? Pues para encontrar la forma de que Estados Unidos, es decir, Obama, se una de manera efectiva a la presión internacional sobre el gobierno de Micheletti. María Teresa e Insulza cuentan con una baza muy poderosa, el también chileno Arturo Valenzuela, subsecretario de Estado para asuntos de América Latina, a la vera de Hilaria Clinton, y asesor directo de Obama.
Las famosoas ‘masas’, que supuestamente están detrás de Manuel Zelaya, que pueden llevar a hombros el féretro de una estrella, destruir el aire como aves furiosas o nublar el Sol, parece que no se deciden
Y quieren, los ahora reunidos en San José de Costa Rica, con Chávez y los hermanos Castro moviendo los hilos, que Obama confisque las propiedades particulares y el dinero que los empresarios de Honduras puedan tener en los Estados Unidos. Quieren que Estados Unidos pase a la acción persecutoria para doblegar la resistencia del gobierno de Honduras.
:: Los que los conspiradores ignoran
«Constitución de la República de Honduras, 1982. Título II: De la nacionalidad y ciudadanía. Capítulo VI / Del Poder Ejecutivo. Artículo 239.- El ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo (es el caso de Manuel Zelaya) no podrá ser Presidente o Designado. El que quebrante esta disposición o proponga su reforma, así como aquellos que lo apoyen directa o indirectamente, cesarán de inmediato en el desempeño de sus respectivos cargos, y quedarán inhabilitados por diez años para el ejercicio de toda función pública.”
María Teresa Fernández de la Vega, Hugo Chávez, los hermanos Castro, José Miguel Insulza y Arturo Valenzuela, que trabajan y conspiran, todos ellos, en la misma dirección, olvidan las razones últimas y verdaderas por las que fue depuesto, en pijama, Manuel Zelaya, a requerimiento de todas las magistraturas del Estado de Honduras, legítimamente constituidas y reunidas. También olvidan que lo que le ocurrió a Manuel Zelaya ha tenido, sobre todo, un lado cómico: ser depuesto en pijama. Circunstancia muy desalentadora para los revolucionarios de todo a cien.
Los reunidos en San José de Costa Rica, al cobijo de su bienintencionado presidente, Óscar Arias, repito María Teresa Fernández de la Vega, José Miguel Insulza, representantes personales de los hermanos Castro, de Hugo Chávez y enviados de Arturo Valenzuela, con Manuel Zelaya como monigote, intentan disimular el aspecto hilarante de todo este enredo:
a) El más importante, que fue depuesto en pijama.
b) Que se quedó sin apoyos, cero, en las instituciones de Honduras; y
c) Que su apoyo popular, está siendo más bien escaso.
Lo que piensan el grupo de conspiradores, los que planean la reinstauración de Manuel Zelaya, al que por otra parte, consideran un necio y un huevón, es asunto que merecería otro artículo y en otro tono para mejor comprender el estilo y entrañas del liderazgo político revolucionario o progresista progresado. Con el paso del tiempo, llevar en volandas a la poltrona presidencial al huevón, se ha convertido en una misión fatigosa a la que nadie quiere arrimar el hombro. Prefieren que lo haga Obama y si no colabora, seguir teniendo, al menos, la posibilidad de colgarle el sambenito, como representante de los Estados Unidos, de todos los males del continente.
Si Zelaya entra en Honduras, seguirá estando inhabilitado para el ejercicio de la función pública y emitir ese tipo de amnistía como pide Óscar Arias, mediante un acuerdo metapolítico de las élites del continente, es de muy difícil encaje en la legalidad hondureña. La OEA en manos de los Estados Unidos fue usada como cachiporra durante los años de plomo de la guerra fría. Ahora, que está en manos de los hermanos Castro, que curiosamente, siguen sin pertenecer a la organización, no ha cambiado su estatus, sigue siendo una cachiporra al servicio del populismo confiscador y totalitario.
:: La épica revolucionaria
Las famosoas ‘masas’, que supuestamente están detrás de Manuel Zelaya, que pueden llevar a hombros el féretro de una estrella, destruir el aire como aves furiosas o nublar el Sol, parece que no se deciden o que no pueden portar peso en los hombros o que nada pueden hacer contra el aire o que no se ponen al Sol sin bronceador. La prosa revolucionaria, repleta de surcos que se riegan con sangre, sirve a sus babosos líderes, a los reinstauradores que ahora se reúnen en San José de Costa Rica y a pocos más.
Quieren olvidar la parte ridícula de todo este asunto, que Manuel Zelaya fue depuesto en pijamita y que no es el camarada Mel (por Manuel). En Honduras todos le llamaban Melito. El que quería expropiar a los de su casta para quedárselo a bien seguro, para qué sino, al que ya le faltaba tiempo porque se le acababa el mandato y que intentó ponerse la Constitución en los pies, calzársela, se llama Melito. No Mel, Melito. Melito el huevón.
