


Análisis. Las nuevas instrucciones contables dictadas por el Banco de España, para impedir la quiebra en cadena de todo el sistema financiero, tienen como contrapunto un hecho insólito: España dispondrá en un breve periodo de tiempo de millones de viviendas, terminadas y cerradas. La razón de hecho tan singular es que el Banco de España ha dictado nuevas normas contables y en lugar de provisionar el 100% de los inmuebles que garantizan préstamos morosos, que significaba en la práctica su quiebra inmediata, solo tendrán que provisionar el 30% de los mismos. ¿Y por qué el 30%? Porque el Banco de España, el supervisor, en sus hipótesis de trabajo, —mediten la hipótesis— imaginan que en ningún caso los precios de los inmuebles caerán por debajo del 30% del valor que tenían en la época del boom.
Serán viviendas destinadas a establecer los límites de un nuevo país, Okupalandia. Necesitarán protección y un poderoso aparato de seguridad para impedir que se conviertan en blanco de los mileuristas
Conclusión, la Banca y Cajas, se lanzarán a la culminación de las obras para a renglón seguido provisionarlas en un 30%, obteniendo a cambio un bien que en el mercado, excepto catástrofe, es difícil que se hunda su valor en un 70%. La medida, el truco contable, permite a los bancos mejorar el estado de sus balances, su situación patrimonial, con un efecto colateral, de todos modos, no previsto por el supervisor.
La medida tendría que presionar vivamente, a la baja, el valor de los inmuebles y sus alquileres. Si tal cosa no ocurre, y es probable que no ocurra, nos estaríamos dando de bruces, con un sector financiero, que se ha subrogado en su totalidad, la actividad inmobiliaria y especulativa, manteniendo en los balances el total del parque inmobiliario construido, sin sacarlo al mercado.
:: Cambio de negocio
¿Qué habría que hacer? Obviamente, cambiar de epígrafe fiscal al sector financiero en su totalidad, dejando de ser banca comercial y de inversión, para convertirse, exclusivamente, en Banca Inmobiliaria. Con la ampliación de la financiación para terminar los edificios o polígonos, lo que fuere, el crédito sigue vivo, no hace falta provisionarlo y lo suyo, lo lógico, es que se produzca una avalancha de nuevas tasaciones, a la baja, para reducir la morosidad y facilitar la salida al mercado del fabuloso stock inmobiliario en poder del sistema financiero.
El Banco de España está haciendo posible la evaporación de entre el 40 y el 60% del valor de la vivienda, quemar riqueza, para salvar a la banca y reducir la mora, medida que debiera tener su impacto en el precio final de la vivienda y de las hipotecas. La Banca no quiebra pero se reduce drásticamente su cuenta de negocio. ¿Quién abosorbe el valor que se destruye? Es una pregunta sin respuesta. ¿Qué pasaría, en todo caso, si el sistema financiero no inyecta en le mercado su parque inmobiliario? Que estaríamos ante una gigantesca estafa, con bolsas de viviendas bajo siete llaves, sostenidas por trucos contables, y destinadas a la especulación. Volvemos al principio. El sistema financiero español se habría convertido en su totalidad en Banca Inmobiliaria y debiera cambiar de epígrafe fiscal.
Serán viviendas destinadas a establecer los límites de un nuevo país, Okupalandia. Necesitarán protección y un poderoso aparato de seguridad para impedir que se conviertan en blanco de los mileuristas, a los que se les abre todo un mundo de posibilidades y oportunidades. La medida contable debiera tener un impacto inmediato sobre el valor de tasación real del parque inmobiliario español. Salva a la banca y destruye valor patrimonial a paladas. Se deteriora la riqueza de todos los españoles.
