


Análisis. Las fintas de humor se propagan por el país. Recesión es cuando tu vecino se queda en paro; depresión, cuando te quedas tu; y recuperación, cuando Zetaparo se queda sin empleo. Y tiene su gracia y su razón. El catacrás bursátil (caída del 5,94% en el día de ayer) añade más leña al fuego. Que la Comisión, el Gobierno de la Unión Europea, por boca de otro español, Joaquín Almunia, le advierta a Zapatero, a caraperro, “o nos obedeces o te vas”, también tiene su gracia y su razón. En la práctica hemos quedado intervenidos. Las cuentas públicas de Alemania, Francia e Italia no son mejores que las españolas, pero España no tiene el ejército de Francia, ni su PIB. Tampoco tenemos la fortaleza industrial demostrada de Alemania y aún menos su PIB y, por supuesto, no somos Italia, y tampoco tenemos su capacidad de enredo y de iniciativa. Las cuentas públicas de Italia están mucho peor que las nuestras, pero los italianos, lo han dejado dicho por activa y por pasiva, al más mínimo contratiempo con la Unión Europea, zás, dan un portazo, y el resto de Europa lo sabe: vuelven a la ‘lira’ y si fuera necesario la acuñan en oro.
¤ EL ESTADO DE LA UNIÓN
Las cuentas públicas de Alemania, Francia e Italia no son mejores que las españolas, pero España no tiene el ejército de Francia, ni su PIB. Tampoco tenemos la fortaleza industrial demostrada de Alemania y aún menos su PIB y, por supuesto no somos Italia, y tampoco tenemos su capacidad de enredo y de iniciativa. Las cuentas públicas de Italia están mucho peor que las nuestras, pero los italianos al más mínimo contratiempo con la Unión Europea, zás, dan un portazo, lo tienen decidido y el resto de Europa lo sabe: vuelven a la ‘lira’ y si fuera necesario la acuñan en oro.
España es otra cosa. El caso español es un caso en grado clínco de complejo de cenicienta. Necesitamos que nos lleven de la mano. No podemos pensar por nuestros propios medios y, por desgracia, estamos siendo conducidos por un grupúsculo de cierrabares que se ha hecho fuerte en el Gobierno de España. El euro, nuestra moneda, tiene como único respaldo el conteo estadístico de cada país miembro, no está respaldado por el tesoro conjunto de los países miembros y tampoco está respaldado por sus haciendas públicas, por sus recaudaciones fiscales, las presentes y las futuras, no está respaldado, o sea, por la capacidad de sacrificio y de pagar impuestos de sus ciudadanos. El euro, además, se ha comportado, como era previsible, como un pésimo apósito, de nula eficacia para heridas tan distintas, distintos ADNs, distintos sistemas inmunológicos y distintos riesgos bacterianos. La asimetría económica de Europa, entre los distintos países, es tremenda, sus culturas productivas dispares y su estatus cultural, científico y tecnológico muy dispar —una parte de Europa consume la tecnología que fabrica la otra parte y entre usarla y producirla (crearla) la distancia es astronómica.
El euro, ha terminando acentuando lo que quería evitar: la divergencia económica, social, financiera y cultural de todos los países miembros. El euro, la moneda única, está acelerando todas las fuerzas centrífugas. El problema de Europa, de la vieja Europa no es monetario, ningún país tiene problemas monetarios, tiene problemas y agudos, de cultura, de inteligencia, de talento, de poseer muchas o pocas habilidades personales y colectivas. En esencia, esos son los problemas de un país.
La peseta no es enemiga natural de la integración europea y la existencia de variadas monedas, incluso dentro de un país, en nada afecta al futuro de dicho país y al de la Unión Europea. La moneda única europea y la moneda única nacional es un fetiche antiguo, con muchos siglos a sus espaldas, casi cavernícola, pero un fetiche (más político que económico). Estamos en la era del conocimiento y de las nuevas tecnologías. Europa tiene un problema práctico: la ignorancia. Hemos sido intervenidos y no será para bien. Ya somos una colonia.
:: ¿Qué crisis?
La intervención económica de España, sin rodeos, planteada por Joaquín Almunia, responde al deseo de Sarkozy y Ángela Merkel, aterrorizados por el comportamiento de los mercados y por el efecto arrastre que saben muy bien terminará devastando el euro y ahorcando sus propias economías. Tienen dos opciones: abandonar el euro, ser los primeros en abandonar el barco, o embalsar el euro, cerrar todas las compuertas y tomar el control de las compuertas (beneficiándose de dicho control). No tienen más opciones.
La Unión Europea ensayará la degradación política de España, Grecia y Portugal, su sometimiento, su conversión, de facto, en colonias. Si la iniciativa no tuviera porvenir, no fuera posible, por rebelión, se procederá, sin otra opción posible, a la voladura controlada de la Unión Monetaria Europea. El fracaso de la UME será el éxito de las naciones que se pongan a trabajar. ¿Pronóstico? Los españoles no aceptaremos de buen grado los sacrificios severos incluidos en la intervención económica de España. Ser colonia es muy humillante. Los españoles estamos demostrando, con nuestra inacción y permisividad con las acciones de gobierno y de nuestras administraciones, no estar nada interesados en aceptar y asumir la gravedad de la situación económica por la que atravesamos. España necesita un cuadro de mando específico y estricto para emergencias. Urge eliminar grasa y apostar por el futuro.
