


Programa militar iraní. El director del programa atómico iraní, Alí Akbar Salehi, afirmó este domingo que el Gobierno de este país planea la construcción de diez nuevas instalaciones para el enriquecimiento de uranio a finales de 2010 o en 2011. Estos comentarios se produjeron después de las declaraciones del presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, en que ordenó a la Organización de la Energía Atómica nacional que dispusiera todo lo necesario para empezar a producir uranio al 20 por ciento para la construcción de un reactor nuclear destinado a la investigación.
El Gobierno de Irán hará público el breve un nuevo sistema de defensa aérea de fabricación nacional igual de poderoso, “o más”, que el sistema antimisiles ruso S-300
“Irán emprenderá la construcción de diez nuevas instalaciones el año que viene”, afirmó Salehi en delcaraciones recogidas por la televisión pública Al Salam. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el año iraní comienza el 21 de marzo, según el calendario occidental. El pasado noviembre, Irán anunció sus planes de construir diez nuevas instalaciones de enriquecimiento de uranio, pero no especificó la fecha en que esto se produciría.
:: Escudo antimisiles
El Gobierno de Irán hará público el breve un nuevo sistema de defensa aérea de fabricación nacional igual de poderoso, “o más”, que el sistema antimisiles ruso S-300, según informaron este lunes fuentes militares iraníes. “En un futuro próximo, los expertos y científicos del país harán público un nuevo sistema de defensa aérea de fabricación local tan poderoso como el sistema de defensa de misiles S-300, o incluso más fuerte”, declaró un comandante de la fuerza aérea, Heshmatollah Kassiri, a la agencia estatal de noticias IRNA.
El pasado mes de enero, las autoridades rusas se negaron a confirmar si Moscú seguiría adelante con la venta de S-300, un sistema que ayudaría a Irán a defender las instalaciones nucleares iraníes de un posible ataque aéreo y cuya posible venta se ha convertido en un asunto delicado en las relaciones de Rusia con Estados Unidos e Israel, que han presionado a Moscú para que no haga realidad ese contrato.
